(de Los Andes) Lo que de alguna manera los chaparrones venían anticipando desde principio de esta semana, ayer desencadenó en un diluvio en la provincia. Hasta anoche, sólo en General Alvear habían caído 110 milímetros de agua. Mientras que en Malargüe y en San Rafael fueron 36 y 35 milímetros respectivamente. Como sucede en estos casos, la gente de menos recursos es la que sufre las mayores consecuencias. Si bien esta vez no cayó granizo, una gran cantidad de agua precipitó con fuerza en toda la provincia. En sólo cuatro días, en San Rafael llovió 20% del promedio anual. Desde que comenzó el temporal, prácticamente no ha cesado y ya hubo que evacuar a varias familias. El departamento sureño tiene un registro anual de precipitaciones de 350 milímetros aproximadamente, pero ayer ya se contaban 70 milímetros caídos. La lluvia persistente, por momentos más parecida a un chaparrón de verano con vestigios de tormenta eléctrica, produjo el crecimiento del río Diamante. Mientras que en el Gran Mendoza la lluvia azotó con mayor fuerza a Guaymallén y a Las Heras, los departamentos con más número de habitantes. Según informó el comisario inspector Aldo Ugarte, de Defensa Civil de la Provincia, en Guaymallén hubo dos familias evacuadas, en la estación Buena Nueva y en el barrio Jesús Nazareno. Personal policial los evacuó luego de que se derrumbaran paredes en ambos domicilios.Los cortes de luz fueron generalizados. Así como los más de 150 llamados de emergencia para pedir colchones, nylons, mantas y maderas. En varias zonas se cayeron árboles, se cortaron cables de luz, hubo desbordes cloacales, de zanjones y alcantarillas. En Luján, más precisamente en Agrelo y Mayor Drummond, se filtraron los techos de varias casas de barrios recientemente inaugurados, “que habían sido construidos a través del Plan Federal”, comentó Ugarte. En tanto que el pronóstico no es muy alentador ya que anticipa para el fin de semana días inestables.
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