El docente neuquino Carlos Fuentealba, herido el miércoles en una represión policial, tenía ayer “muerte cerebral” desde las 18 y a las 23 se le quitó el respirador artificial, según el parte médico difundido ayer a la noche. El docente fue alcanzado el miércoles en la cabeza por una bomba de gas lacrimógeno durante la represión policial contra los maestros que cortaban la ruta 22 reclamando mejoras salariales. Según se informó, los familiares ya conocían la noticia, mientras que Fuentealba fue trasladado a la morgue judicial poco después de que se le retiró el respirador. En este marco, el gobernador neuquino Jorge Sobisch admitió ayer que dio orden de reprimir a los docentes que cortaban la ruta 22.
El impacto nacional de la crisis y la muerte de Fuentealba debilitaron políticamente a Sobisch, quien recibió la renuncia de todo su gabinete y debió pugnar durante varias horas para salir de la Casa de Gobierno por la manifestación docente que rodeó la sede provincial.Algunas fuentes dejaron trascender que el mandatario debió salir, en medio de un nuevo acto represivo, disfrazado de policía, hacia un destino desconocido.
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