domingo, diciembre 26, 2010

Un informe sobre la Huelga General portuguesa del 24 de noviembre de 2010 (a-infos)

Esta es la primera huelga general en Portugal desde hace 22 años y
este hecho por sí solo debería arrojar alguna luz sobre la situación
social de este país. De hecho, la conflictualidad social en Portugal
es bastante baja y el número de huelgas realmente ha ido cayendo
durante los últimos treinta años, a pesar del continuo empeoramiento
de la situación de la clase obrera portuguesa. Los índices de
sindicación tienden a caer también, ya que los dos principales
sindicatos portugueses, gobernados por partidos, sirven más para
tranquilizar y aparcar los conflictos que para luchar contra la
explotación, y esto ha pasado desapercibido. --- La sociedad
portuguesa ha pasado por cambios considerables durante el último medio
siglo, yendo desde una rápida industrialización que comenzó en los
años 60, alimentada principalmente por el influjo del capital
extranjero, de la cual emergería una clase trabajadora más combativa y
organizada, hasta una igualmente rápida desindustrialización, ya que
se encontraron fuentes de mano de obra más baratas en la Europa del
Este y Asia. La economía portuguesa hoy en día está dominada por
pequeñas e ineficientes compañías de servicios, en las que los
trabajadores se ven más aislados entre sí, tienen menos tradición de
lucha, están generalmente contratados en precario y se les paga esos
sueldos miserables que hacen posible que estas empresas sobrevivan.
Todo el sistema se ha visto en un agudo estado de crisis durante los
últimos diez años y los trabajadores han sido sus primeras víctimas.

Tras haber luchado tan duramente para desmovilizar a los trabajadores
en los años 70, cuando a la caída de la dictadura de Caetano sucedió
un periodo de masiva acción directa por parte de la clase trabajadora,
que solíamos llamar PREC, la izquierda está comenzando a darse cuenta
de las consecuencias de haber tenido demasiado éxito, puesto que no
queda ya nadie para luchar por las migajas del estado social, que haya
sobrevivido a los continuos ataques violentos de la burguesía; pero
volver a comprometer a las masas y comenzar una lucha real es
demasiado peligroso para ellos, ya que temen que las cosas se les
puedan escapar fácilmente de las manos. De ahí que su lucha siempre se
lleve a cabo de una forma deliberadamente limitada e ineficaz. Como
las huelgas de un día.

Esta vez, el sindicato gobernado por los socialistas UGT, se unió a la
huelga, aunque pensaban que no se podía hacer mucho, ya que su partido
está ya en el gobierno, y simplemente intentaron mendigar algo al
estado, de forma que todos los ?sacrificios? necesarios para suavizar
la especulación financiera internacional contra la deuda portuguesa,
no se ponga exclusivamente sobre los hombros de la clase trabajadora
portuguesa. No es siquiera necesario decir que sus voces no alcanzarán
las alturas de los gabinetes ministeriales, ni siquiera el que
pertenece a Helena André, actual Ministra de Trabajo y antigua
burócrata de la UGT, ahora encargada de la desagradecida tarea de
disputar sobre las cifras de las huelgas con sus antiguos compañeros.
En cuanto al otro sindicato, el gobernado por los comunistas, CFTP,
intenta capitalizar el descontento popular y se hace eco de las
consignas del Partido Comunista, ya que el día de las elecciones
presidenciales se aproxima y PCP tiene su propio candidato, en defensa
de la ?producción nacional?. No hace falta decir, que van a sacar muy
poco de esto. La gente los ha visto en acción demasiadas veces como
para continuar creyendo en ellos.

Mientras, se acumulan las razones para el descontento y la gente
realmente quiere hacer algo, esta huelga de hecho habría de ser más
larga que la anterior, en 1988. Durante un día no hubo metro en
Lisboa, ni barcos desde el Banco Sur de Tagus a Lisboa. La mayoría de
los servicios de tren y autobús también pararon. Todos los puertos
portugueses estuvieron cerrados, y los vuelos de y a los aeropuertos
portugueses tuvieron que ser cancelados, para gran disgusto del
gobierno, que habían presionado a los trabajadores aeroportuarios para
que no hicieran huelga. Las escuelas estuvieron cerradas por lo
general, así como la mayoría de los servicios públicos, a pesar de la
presión por parte de sus administraciones para que se mantuvieran
abiertas. En la industria textil, donde los sindicatos solían tener
cierta influencia, las cifras de huelga fueron más bajas, pero la joya
de la corona de la industria portuguesa, la planta de fabricación de
automóviles de propiedad alemana Auto Europa, se unió a la huelga y
detuvo la producción durante la jornada. Incluso un apparatchick tan
amigo de los negocios como António Chora, afiliado al Bloque
Izquierdista y cabeza de las comisiones obreras, pensó que debía
unirse. El sector servicios, en el que el trabajo precario es común,
fue el menos afectado. La mayoría de los grandes almacenes,
supermercados y centros comerciales continuaron abiertos y solamente
la falta de disponibilidad de transporte sirvió de algo a la hora de
mantener a los clientes alejados. No es necesario decir que la mayoría
?si no todas las oficinas de empleo también permanecieron abiertas y
funcionando normalmente. A algunas les hicimos una pequeña visita.

Incluso aunque la huelga fue importante, las cifras avanzadas por CGTP
e inmediatamente repetidas por el Partido Comunista -3 millones de
trabajadores la siguieron- son una gran exageración. En Portugal,
donde la población activa es poco más de cinco millones, dos
trabajadores de cada cinco tienen contrato temporal, y a esta cifra
aún hay que añadirle casi un millón de falsos trabajadores
independientes. Estos no pudieron sumarse a la huelga por miedo a
poner en riesgo su empleo, incluso teniendo razones más que
suficientes para protestar.

Acciones en Lisboa

Debemos decir que la recepción a nuestras acciones, tanto antes de la
huelga como durante la misma, fue bastante buena. Emitimos un boletín
especial dedicado a la Huelga General y lo distribuimos en la semana
previa a la huelga. La mayoría de la gente parecía interesada y
algunos incluso nos pidieron ejemplares extra para distribuirlos ellos
mismos.

El día de la huelga organizamos un piquete informativo junto con otros
compañeros anarquistas. Durante la mañana caminamos por Lisboa
distribuyendo nuestro boletín sobre la Huelga General y otros
folletos. Entramos en varias tiendas, restaurantes, supermercados y
centros comerciales que estaban abiertos, distribuyendo nuestra
propaganda a los trabajadores. Muchos de estos trabajadores se
mostraron bastante contentos de recibir los folletos y nos dijeron que
no podían unirse a la huelga porque serían despedidos. Hicimos una
visita a unas oficinas de empleo en los que leímos nuestros textos
usando un altavoz y llamamos a la participación en la manifestación
anti-capitalista de la tarde.

Tras el almuerzo continuamos distribuyendo folletos y convocando a la
gente a la manifestación a lo largo de todo el camino hasta la Plaza
Camoes, donde dio comienzo.

Varios colectivos anticapitalistas y anti autoritarios habían
convocado una manifestación anticapitalista a las 3 pm en la Plaza de
Camoes (en el centro de Lisboa) con el lema ?Por el bloqueo y el
sabotaje ?la huelga no termina aquí?. Esta fue la única manifestación
convocada para el día de la Huelga General en Lisboa. Había solamente
alrededor de 200 personas cuando llegamos a la Plaza de Camoes, pero
la manifestación fue creciendo hasta una masa de 1000-1500 personas
que gritaban consignas como ?A..., Anti..., Anti-Capitalistas?, ?El
pueblo unido funciona sin partidos?, ?Guerra social contra el Capital?
o ?Sabotaje, huelga salvaje?, marchando a través del centro de Lisboa.
Nosotros nos unimos con banderas rojinegras y una pancarta que decía
?¡Contra la explotación capitalistas! ¡Por la igualdad social! ¡Unidos
y auto-organizados les vamos a enseñar lo que es ?crisis?!,
repartiendo los pocos folletos que aún nos quedaban.

Tras la manifestación, algunas personas ocuparon un edificio vacío
bautizándolo como ?La Casa del Huelguista?, ofreciendo una comida
gratuita a toda la gente que fuera por allí. Esta ocupación fue
evacuada por la policía al día siguiente.

Acciones en Oporto

Durante la mañana de la Huelga General fuimos por los barrios viejos y
empobrecidos de Oporto, con banderas, tambores y una pancarta
rojinegra que decía ¡Unidos y auto-organizados les vamos a enseñar lo
que es ?crisis?!, junto con los compañeros del colectivo anarquista
?Hipatia?. Distribuimos folletos y los leímos con un altavoz en
diferentes lugares, convocando a la gente en las calles y en la plaza
central, donde, durante la tarde, habría de tener lugar un mitin
organizado por los sindicatos oficiales. También gritamos consignas
como ?¡No a los recortes y a los derechos sociales y laborales!?,
?¡Contra el hambre y la pobreza, recortes a los ricos!?, ?Cambiar las
moscas no basta ¡hay que limpiar toda la mierda!?, ?Contra el Estado y
el Capital ? Resistencia Social y Revolución Social?. La gente recibió
nuestros folletos con curiosidad, pero la mayoría se quedó en casa y
no se nos unió.

Por la tarde, con un grupo más amplio, fuimos junto a la estación de
ferrocarril de Sao Bento. Mientras, los sindicatos oficiales estaban
celebrando una rueda de prensa en las inmediaciones. Comenzamos a
cantar algunas canciones, como la versión portuguesa de la vieja
canción de la CNT ?A la Huelga?, ?La Internacional? y otras, parando
para leer algunos artículos de nuestro boletín especial sobre la
Huelga General y hablando sobre la necesidad de auto-organizarse
contra los patronos, el Estado y la ?crisis?. Más gente se nos unió y,
después, fuimos a la plaza central de la ciudad, Praça da Liberdade,
donde continuamos leyendo nuestra propaganda anarcosindicalista y
cantando, y donde se nos unió más gente.

Notamos que la mayoría de la gente que se nos acercaba eran miembros
del Partido Comunista o simpatizantes, pero parecían curiosos con
respecto a nosotros e incluso mostraron cierta simpatía. Así que
decidimos hacer una asamblea un poquito más popular allí mismo,
invitando a todo el mundo a que usara el altavoz y a hablar sobre sus
razones para revolverse contra la situación actual y unirse a la
Huelga General. Entonces, algunas personas, que nosotros asumimos que
eran miembros del Partido Comunista, comenzaron a utilizar su propio
altavoz, pero establecimos un diálogo gracioso con ellos, una especie
de ?teatro del oprimido?. Se sintieron un poco confusos y se marcharon
de allí.

Durante todo el tiempo no vimos ni policías ni sindicalistas
?oficiales? en este lugar. Incluso la esperada manifestación no tuvo
lugar. Seguramente esta no fue una Huelga General real, pero fue una
manifestación obvia de desconfianza en el gobierno, el Estado, los
patronos y los directivos para lidiar con la ?crisis? que ellos
insisten en hacernos pagar.

Asociación Internacional de los Trabajadores
Sección Portuguesa ? AIT-SP

www.iwa-ait.org

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