El día miércoles 19 de octubre trascendió en el diario Los Andes una “riña” entre presos del Pabellón 8 que habría dejado el saldo de un herido con varios cortes ocasionados por chuzas, es decir, cuchillos caseros. La misma nota dice que las heridas no revestían gravedad y que los penitenciarios requisaron “minuciosamente el pabellón en busca de los cuchillos caseros con que agredieron al interno”.
El día jueves 20 presos, familiares y penitenciarios coinciden en que hubo un tiroteo entre internos del Pabellón 8 en el que resultó herido en el trapecio un interno de apellido Zenón, quien luego fue trasladado a San Felipe con beneficios a cambio de su silencio sobre lo ocurrido.
Estas mismas fuentes comunican que Zenón también tuvo un impacto de bala en el pecho, pero que no lo hirió, ya que contaba con un chaleco antibalas de la Policía de Mendoza.
El arma encontrada en la requisa fue un arma calibre 38, que no era la misma que habría causado la lesión a Zenón ni la de las vainas encontradas en el lugar del hecho, lo cual nos lleva a creer que había otras armas de fuego a disposición del mismo grupo que atacó a Zenón.
Las visitas de los presos vienen siendo denigradas en los últimos meses, sobre todos las mujeres y los niños. A las primeras, las hacen hacer una rutina: desnudarse, ponerse en cuclillas y abrir su vagina y ano en búsqueda de los kilos de cocaína, armas policiales, chalecos antibalas y demás “gustos” que pueden darse ciertos presos. Sin este insólito abuso pierden todo contacto con sus familiares.
La realidad es que la mujer, o la madre o la hermana de un preso no pudo haber entrado un chaleco antibalas de la Policía de Mendoza, ni revólveres ni pistolas automáticas en su ano, y es por esto que creo que el periodismo debe investigar este tipo de cosas que la policía y el sistema penitenciario invisibilizan. Por ello hago un llamado a que los medios contribuyan a informar recogiendo información no sólo de las fuentes oficiales, sino también, indagando a los testigos de los hechos para prevenir el encubrimiento que muchas veces resulta de los casos de gatillo fácil, informados por la policía como enfrentamientos (que generalmente son fusilamientos por la espalda), del armado de causas que se hace a los jóvenes de clase baja. También de los encubrimientos de asesinatos, torturas y negociados en cárceles provinciales y comisarías (hay que ser un lector avispado para darse cuenta de que un chico difícilmente intente y pueda llevar a cabo suicidarse con los cordones de las zapatillas en una comisaría o en los penales provinciales).
No seamos cómplices del atropello constante en que incurren las fuerzas del orden con los más pobres. Y que la camiseta de los derechos humanos sirva para ponérsela hoy también, en democracia.
Los saludo atentamente y espero publiquen esta noticia/opinión o que al menos sirva para reflexionar e investigar sobre estos abusos cotidianos.
Julia García.
PD: este es el link de la noticia publicada en Los Andes online
http://www.losandes.com.ar/
Este es el link permanente de la noticia en Mdz: http://www.mdzol.com/mdz/nota/
Acá, el link de UNO: http://www.diariouno.com.ar/
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