jueves, junio 07, 2012

Otro caso de "gatillo fácil" continúa impune y sin respuestas


Javier Segovia recibió un escopetazo en la mano cuando intentaba defender a su hermano, quién estaba siendo brutalmente golpeado por la policía. Su madre decidió hacer públicos los hechos de ese jueves nefasto, que concluyó con sus tres hijos detenidos, "sin motivo alguno".

Adriana Araya decidió recurrir a los medios y hacer pública su denuncia porque, como ella misma indica, es una "madre desesperada". Un presunto caso de gatillo fácil que, según sus explicaciones, podría haber terminado en tragedia, azotó a su familia hace dos semanas, con una seguidilla de incidentes y enfrentamientos con la policía que comenzaron en el barrio donde reside, Patrono Santiago, en Guaymallén. 

El “calvario” se dio por iniciado el jueves 24 de mayo por la mañana, cerca de las 7.30. “Mi hijo Martín salió de la casa en auto, muy rápido. Un rato después sentí dos tiros y le pedí a mi hijo Javier que fuera a ver lo había pasado. Yo también salí a ver qué sucedía y me encontré con Martín, de 24 años, tirado en el piso, esposado, todo golpeado”. Según comenta Adriana, algunos vecinos alertaron a la policía por la velocidad con la que conducía su hijo y lo detuvieron muy violentamente.

Javier Segovia, de 21 años, al intentar defender a su hermano de los golpes, recibió un disparo de una escopeta en su mano, aparentemente efectuado por un efectivo de apellido Ibáñez. “Mi hijo estaba desarmado, sólo intentó defender a Martín porque lo estaban golpeando, cualquiera haría lo mismo”, afirma Adriana.


“La historia no termina ahí. Fuimos a la Comisaría 9º y nadie sabía dónde estaba mi hijo. Su otro hermano, Damián, intentó ubicarlo y, a raíz de ciertos roces con la policía, también lo golpearon, le echaron gas pimienta y lo encarcelaron”. Adriana también relata que el personal de la comisaría la insultó y maltrató, inmune a su "clara situación de desesperación". 



“Cuando volvimos a la comisaría del Hospital Central, donde atendieron a Javier, para que él declarara sobre el hecho, directamente lo encarcelaron sin razón, supuestamente por ‘averiguación de antecedentes’. Ninguno tiene antecedentes. En síntesis, mis tres hijos estaban presos y golpeados. Este fue un claro abuso de poder”. 



Adriana repite que no quiere que su denuncia se esfume con el tiempo. "No voy a parar hasta que todo ese grupo, los que golpearon a mis hijos, me insultaron y le dispararon a Javier, sean destituidos".

Alejandro Gil, Subsecretario de Relaciones con la Comunidad del Ministerio de Seguridad, indicó que no conocía el caso en profundidad, pero según tenía entendido, el incidente estaba establecido como una causa judicial y, aparentemente, al efectivo se le "habría caído el arma y disparado accidentalmente".

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