jueves, abril 18, 2013

Ailén y Marina Jara ¡en libertad! pero condenadas




(Agencia Walsh) Este martes se dio lectura al fallo que por unanimidad condenó a las hermanas Ailen y Marina Jara a una pena de dos años, un mes y 21 días de prisión efectiva por considerarlas coautoras del "delito de lesiones graves". Como el tiempo exacto de la condena se cumplió en prisión, el Tribunal en lo Criminal Nº 2 de Mercedes resolvió disponer la inmediata libertad de las jóvenes. La defensa apelará el fallo.

Por Liliana Giambelluca


Pasado el mediodía de este martes, las hermanas Ailen y Marina Jara fueron recibidas de pie y al grito de "justicia" y "libertad" por parte de familiares y allegados que se hicieron presentes en el Tribunal en lo Criminal Nº 2 de Mercedes. El clima era tenso y en los pasillos había gente abarrotada que intentaba ingresar, pero la sala estaba colmada.
Mirta Baravalle (Madre de Plaza de Mayo-Línea Fundadora) estaba sentada en primera fila y decía que tenía "esperanzas" que el fallo favoreciera a las jóvenes. "El día que las conocí, las abracé y me dieron ganas de llevármelas. Nadie puede pensar que son culpables", agregó.
A su lado estaba Pablo Pimentel, de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) La Matanza. "Me lleno de indignación porque veo a mis hijas", murmuró y manifestó que también tenía esperanzas que los jueces dispusieran la inmediata libertad de las chicas.
Marcela Gudiño (Colectivo Memoria Militante) logró ingresar y se ubicó cerca de los integrantes de los organismos defensores de los derechos humanos.
Junto a Elena Salinas, la madre de las jóvenes, y los hermanos, se encontraban agrupaciones de militantes contra la violencia hacia las mujeres y los integrantes de la "Comisión por la Libertad de Ailen y Marina", que tanto trabajaron para visibilizar la situación de las chicas con el fin de que obtuvieran su libertad. En la calle había una numerosa militancia "haciendo el aguante".
A las 13 horas ingresaron los jueces Marco Barski y Graciela Larroque. El juez Fabián Fernando Brahim y el fiscal Guillermo Altube estuvieron ausentes. La secretaria leyó la parte dispositiva de la sentencia que resolvió por unanimidad del Tribunal "condenar a Ailen y Marina Jara como coautoras penalmente responsables del delito por lesiones graves a una pena de dos años, un mes y 21 días de prisión efectiva". El tiempo de condena fue exactamente el mismo que estuvieron detenidas, por lo que los jueces resolvieron "disponer la inmediata libertad de Ailen y Marina Jara".
Los presentes aplaudieron de pie el fallo y las chicas lloraron abrazadas. De inmediato fueron retiradas por el personal del Servicio Penitenciario Federal, que las trasladó a la Unidad Penal 8 de Los Hornos, La Plata, para efectuar los trámites administrativos de liberación.
Si bien los jueces dispusieron la libertad de las jóvenes, evaluaron negativamente su conducta porque las condenaron por defenderse del acoso sexual del vecino Juan Antonio Leguizamón Avalos. Mantuvieron la carátula de "homicidio simple en grado de tentativa", sin cuestionar la agresión del abusador con uso de arma de fuego.
Pese a la figura del femicidio contemplada en la legislación, una vez más estuvo ausente la perspectiva de la violencia de género para evaluar la conducta del acosador y solicitar un castigo.
La opinión mayoritaria de la familia y allegados de las víctimas, es que la protección policial con la que cuenta Leguizamón, el machismo de las instituciones públicas intervinientes en este caso, más la condición social de las jóvenes, es lo que las llevó a la cárcel y a la condena.
La "Comisión por la Libertad de Ailén y Marina Jara" y las agrupaciones que luchan contra la violencia de género, reivindican el derecho de todas las mujeres de defenderse de los ataques sexuales y de toda forma de violencia.
Con lágrimas en su rostro, Elena Salinas salió del Tribunal y en la calle se dirigió a los presentes: "No me va a alcanzar la vida para agradecer", dijo en referencia a quienes aportaron a la liberación de sus hijas. En declaraciones a Agencia Walsh manifestó que "se hizo justicia a pesar que no era lo que queríamos pero al menos estarán en libertad". Agregó que "continuaremos la lucha por la absolución de mis hijas y por otras mujeres que están en la misma situación que ellas".

Soares: "Seguiremos insistiendo que hubo una defensa legítima"

El doctor Eduardo Soares, uno de los abogados de la defensa, dijo a Agencia Walsh que "estamos contentos por la libertad (de las hermanas Jara) porque era lo que nosotros pedíamos, no queríamos que las chicas estuvieran un días más en prisión, pero no estamos conformes con el fallo". Agregó que "condenarlas por lesiones graves es lo mismo que condenarlas por tentativa de homicidio, lo que varía es la pena".
La defensa -conformada por el abogado Isidro Encina, la abogada Gabriela Conder y Soares, estos dos últimos de la Asociación Gremial de Abogados- había planteado que "de parte de las chicas no hubo intención de producir un daño doloso a Leguizamón porque ellas se defendieron de una agresión legítima, arbitraria y de género. Eso se acreditó en exceso en el juicio", continuó Soares.
"Salvo que podamos dar vuelta esta condena en esta instancia, la causa llegará a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) porque no estamos conformes con el fallo. El Tribunal pretende ser salomónico y no se puede ser salomónico en la Justicia, nosotros no lo vamos a aceptar y seguiremos insistiendo que hubo una defensa legítima", finalizó el abogado.


Antecedentes
Ailén Jara (21) y su hermana Marina (19) sufrían permanentes acosos por parte de Juan Antonio Leguizamón Avalos, un vecino de 35 años de edad dedicado a la venta de drogas y relacionado con la comisaría de la zona, en Paso del Rey, Partido de Moreno.
El 19 de febrero de 2011, las jóvenes regresaban de bailar y en el trayecto a la casa fueron interceptadas y apuntadas con un arma de fuego por Leguizamón. El hombre tomó a Ailén e intentó quitarle la ropa. Marina sacó un cuchillo de su cartera y apuñaló al agresor. Ayudó a su hermana a levantarse y se fueron corriendo.
Marina entendió que su accionar había sido en legítima defensa, entregó a la policía el cuchillo que había utilizado y contó los hechos en la Comisaria. El escribiente caratuló el expediente "lesiones graves" pero el comisario, de conocida relación con el agresor, dijo: "¿Qué lesiones graves? A estas pendejas metele tentativa de homicidio y que se caguen". A partir de ese momento, las hermanas Jara sufrieron un padecimiento tras otro.
El abusador, quien acababa de recuperar su libertad tras cumplir una condena por robo agravado por uso de arma de fuego y por privación ilegal de la libertad, fue trasladado al hospital con heridas leves y recibió el alta a los tres días. Sigue viviendo en el barrio y no está procesado.
Las jóvenes fueron detenidas inmediatamente y trasladadas a la Unidad Penal 51 y luego a la Unidad Penal 8, de Los Hornos, La Plata. Fueron golpeadas, hostigadas permanentemente y su salud desatendida.

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