sábado, mayo 12, 2012

Otro asesinato policial en Godoy Cruz


Cómo fue la muerte del joven de 19 años ocurrida en la madrugada del sábado, de acuerdo a las versiones de los testigos presenciales. La imputación del auxiliar Walter García, sindicado como autor del disparo fatal. La bala que recibió otra joven, ahora internada.

Una fiesta convocada por Facebook que desbordó una casa familiar. Una denuncia por ruidos molestos. Una batahola a piedrazos y balas de goma. Un chico de 19 años muerto de un balazo. Una joven de 27 años internada por un balazo en el rostro. Y un uniformado de la Policía de Mendoza detenido por haber disparado su arma reglamentaria. Esto es lo que hay en este momento.
Esta es la síntesis mínima que puede hacerse sobre la muerte de Franco Díaz, a raíz de un disparo directo efectuado por el auxiliar Walter García en la madrugada del sábado, cuando varios móviles policiales acudieron a una casa del barrio Palumbo de Godoy Cruz y dispersaron a los asistentes de la fiesta. En el medio, hay varias versiones que señalan lo ocurrido.
La primera versión que recogió este diario es que el primer móvil policial que llegó a la vivienda de Olaya Pescara de Tomba y Groussac, del mencionado barrio de Godoy Cruz. De inmediato, comenzaron a sumarse otras patrullas. Los policías dispararon balas de goma contra los asistentes, en su mayoría, jóvenes. En ese momento, se produce la muerte de Franco, por un disparo que le dio en el mentón.
Con el correr de las horas y la indignación de los amigos de la víctima, comenzó a correr otra versión apunta que hubo discusiones entre los jóvenes que participaban de la fiesta privada y la policía que quiso desactivar el festejo. Hoy, en uno de los canales de televisión local, la dueña de la casa donde se realizó la fiesta, explicó que los policías directamente fueron agresivos en el trato al pedir que todos se retiraran del lugar. En este punto, dos visiones que se contradicen: algunos señalan que la música se detuvo y los dueños salieron a hablar con la policía. Otros indican que la música no se detuvo y que la fiesta siguió pese a la orden policial.   
La segunda versión es que los familiares sindicaron directamente a la policía como autora del homicidio del joven de 19 años, que había llegado recientemente de Chile. En esta línea, sostuvieron que un policía efectuó un disparo con su 9mm desde la patrulla, a escasa distancia de la víctima, cuando éste se asomó en la puerta.  
Esta versión es reforzada por lo que declaró el dueño de casa y organizador de la fiesta, como puede verse en esta videonota tomada durante la marcha efectuada este lunes a Casa de Gobierno. El joven explico que, como iban a seguir con la fiesta, la policía los amedrentó: "Cuando salgan uno por uno, los vamos a agarrar", explicó Guillermo Grigón, sobre la reacción policial. El joven de 16 años sostuvo que hasta su padre recibió un balazo de goma cuando intentó calmar a los uniformados. Los disparos de goma se sucedían en la madrugada del sábado, a medida que los asistentes iban saliendo.
Si bien los jóvenes indicaron que los policías arrojaban piedras hacia el interior de la vivienda, en un primer momento se dijo que los jóvenes que comenzaban a salir, se replegaron a una de las esquinas, desde donde comenzaron a arrojar piedras a los uniformados.    
La versión de una segunda víctima comenzó a correr con el paso de las horas, tras la muerte de Franco. Y fue confirmada este lunes. Se trata de una chica de 27 años, Johana Flores, que habría recibido parte del proyectil que mató a Franco o se trata de uno de los perdigones de goma que los uniformados disparaban. Sin embargo, esto podrá saberse cuando sea intervenida quirúrgicamente en el Hospital Central.
Una de las primeras confirmaciones del caso, a pocas horas de la muerte: uno de los policías utilizó su arma reglamentaria contra el joven. Los once uniformados que participaron del operativo fueron demorados y sólo uno quedó detenido: se trata del auxiliar Walter García, que quedó imputado por homicidio agravado.    
La reconstrucción del episodio trágico continúa, aunque el resultado ya lo conocemos. La idea es revelar lo que pasó esa noche. No sólo es un mero ejercicio periodístico, sino que se trata de conocer qué fué lo que pasó para entender por qué un policía termina ejecutando a un adolescente luego de una denuncia por ruidos molestos. Aún no termina de estar claro, pero no hay que claudicar en conocer la verdad. Sólo de este modo se podrá entender lo que aparece -y lo es- como irracional.
Por Mdz online

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